viernes, 14 de marzo de 2008

Dislexia

Ayer apareció en el País un reportage sobre la Dislexía, muy interesante. Yo lo desconocía por completo, incluso la misma palabra he tenido que aprender a escribirla. Parece que es mucho más habital de lo que nos creemos. Y cuando le cuelgan a uno el "San Benito" de ser un "vago en clase" posiblemente sea un motivo de alerta, para los padres y la sociedad, ya que podría tratarse de dislexia.

¿Qué es en realidad la dislexia? Según la logopeda Maribel Martín, del estudio Eduvoz, la dislexia es "un trastorno neuronal en la lecto-escritura que dificulta en distintos grados la capacidad para distinguir y memorizar las letras o grupos de letras, el ritmo y orden de su colocación para formar las palabras y produce una mala estructuración de las frases, lo que afecta tanto a la lectura como a la escritura. Los disléxicos tienen dificultades para aprender a leer y a escribir, pero no padecen retraso mental ni carencias del entorno socioeducativo".

La logopeda pone el siguiente ejemplo: En el mundo de un disléxico, esta perorata científica se siente de otra manera: en la cabeza una mancha de color sangre y en la mano un lápiz inmóvil, incapaz de asociar el carmín con las letras R-O-J-O. Sucedió hace años, en la cabeza y en la mano de Alair, una niña que quiso escribir la dirección de su amiga María Rojo y no pudo. Fue sólo una anécdota más, un nuevo paso del torpe baile de imágenes, números y letras en el que vive. Para ella rojo (el color), rojo (el sonido) y rojo (la unión de letras y sílabas que describen en castellano la mancha bermellón que distingue en su cabeza), son conceptos separados. Le cuesta establecer la relación entre lo que ve, lo que pronuncia y lo que escribe. A veces no consigue asociarlos porque, aunque comprenda perfectamente el concepto, es incapaz de descifrar el lenguaje escrito. El mundo está codificado en un lenguaje que ella no puede entender.

Pàrraga dice que el mayor lastre de esta disfunción es su naturaleza introspectiva y silenciosa. "El disléxico no es un alumno espectacular. Tiene buen cociente intelectual y muchos son capaces de buscar recursos para salir adelante". Su discapacidad se esconde incluso a los ojos de quien la sufre porque la percepción de las cosas siempre ha sido igual. Para ellos es lo normal, el desorden de siempre. Ven las letras del revés, se les apelotonan ante la vista como una tormenta alfabética. Se concentran, pero no entienden. Se aburren, desconectan, se despistan, les regañan, se concentran, no entienden, se despistan, les regañan, no entienden...

Muchos personajes célebres han sido y son disléxicos: el que fue el primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill, el pintor Pablo Picasso o Boris Izaguirre, Bill Gates, el cual si hubiese nacido en España no habría inventado Microsoft porque seguramente no hubiese sido diagnosticado. Del mismísimo Albert Einstein sus profesores decían que "era lento mentalmente, poco sociable y divagaba constantemente en sus estúpidos sueños", según relató su hijo Hans Albert Einstein en una entrevista.

Pero en la evolución de la vida del común de los disléxicos, la frontera entre el éxito y el fracaso es demasiado estrecha. Daniel Ottaman es Canario. Tiene 19 años, estudia biología y hace sólo tres le diagnosticaron dislexia. Aquella jornada fue la primera que oyó la palabra que daba una explicación a su calvario. "Había pasado por tres depresiones y por varios ataques de ansiedad y ese día entendí que todo lo que me sucedía tenía una explicación y que no era tonto", comenta.

María Pàrraga, afirma que los países anglosajones son un paraíso para las personas que sufren esta disfunción y un ejemplo para el resto. "Allí su tratamiento está normalizado hasta tal punto que los contenidos de las clases no sólo se guardan en libros sino también en soportes interactivos donde el conocimiento está explicado en clave de imagen". Tanto en Reino Unido como en EE UU la dislexia es considerada una discapacidad por lo que quienes la sufren tienen derecho a becas y ayudas. En la Universidad de Oxford, por ejemplo, hay 20.000 estudiantes. De ellos 1.020 son discapacitados, el 48% disléxicos. En cambio, en la Universidad Autónoma de Madrid tan sólo 115 de sus 28.000 estudiantes están registrados como minusválidos. Ninguno es disléxico porque en España no se contempla como discapacidad.

¿Qué método utilizar con un disléxico? Respecto al método a utilizar, Irene Herranz afirma que, "todos los niños disléxicos necesitan aprender a leer, pero cada uno a su ritmo, no hay que machacar más su debilidad sino enseñarles caminos alternativos para llegar al mismo sitio. Lo que necesitan es experimentar y manipular su entorno". Su inteligencia les aparta de los planes de educación especial, hace su problema invisible a los ojos de sus profesores y su incapacidad para leer en un sistema que se sostiene en la lectura les frustra y les margina.

¿Cómo se diagnostica? Las claves más visibles para diagnosticar la dislexia son: retraso en el lenguaje, confusión de las palabras que tienen una pronunciación similar, dificultades expresivas, problemas para identificar las letras y los sonidos asociados, historia familiar con problemas de lectoescritura, inconvenientes para descodificar palabras aisladas, dificultades más importantes para leer palabras raras, lectura lenta, con errores y muy laboriosa y dificultades ortográficas y apuros a la hora de nombrar figuras.

¿Por qué en China hay menos disléxicos? No es casualidad que en China el número de disléxicos sea mucho menor que en España. Muchos de sus ideogramas son fáciles de entender con un poco de intuición. Expresan imágenes y no letras, formas inventadas y vacías de contenido por sí mismas como nuestro alfabeto. A, b, z, ñ, q, n, s, l, c, y, r,f ,s. .. Son signos vacíos y difíciles de entender para las cabezas que funcionan por imágenes.

Este reportage es amplísimo y muy, muy completo sobre lo que está sucediendo en el Sistema educativo español. Si alquien está interesado, lo puede consultar en EL PAÍS, del día 13-03-08.

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