martes, 15 de abril de 2008

Concurso Relato Breve sobre la Mujer.

Me he presentado a un concurso de Relato hiper breve sobre la mujer, y ahora, que sé que no he ganado, porque el teléfono no ha sonado, "cuelgo" aquí estos cuatro textos, que no son gran cosa, pero son mios:

TEXTO 1:

Ayer por la tarde, a eso de las siete, tuve cita en el médico y llegué puntual. Era un médico para mujeres, ya sé que resulta raro que haya un médico sólo para mujeres, pero así es. Antes de que me llamase la enfermera, fui al baño, pero estaba ocupado por una mujer, así que esperé en la puerta, y me quedé observando todas las fotografías, que a modo de exposición estaban colgadas en la pared. Eran fotos de mujeres con caras sonrientes y sudorosas, algo rojizas por el esfuerzo soportado, pero felices.
Salí del médico, y fui a visitar a una amiga que acababa de dar a luz a dos niños gemelos. Más tarde llegué a casa, y vi a mi madre, que me dio la vida a mí, y vi a mi hermana, que dará la vida a mis sobrinos, y aun hoy sigo sorprendiéndome de la capacidad de dar vida de la mujer, y sigo acordándome de cuanta vida vi ayer.

TEXTO 2:

Miro a mí alrededor y no las veo. En la calle, no están. Voy al cine y no las veo, a los teatros, y nos la veo. En el parlamento, no las veo, en las escuelas y Universidades no las veo. Si voy al mercado, al zoco, allí están, pero miro a sus ojos y tampoco las veo. En Arabia Saudita, en Afganistán, en la India, en Irán, en Egipto, en Irak,..No las veo. La sociedad avanza, el mundo se desarrolla, la tecnología nos invade, la economía se globaliza, Internet está ya al alcance de todos, pero yo no las veo.

TEXTO 3:

Siempre me ha sorprendido el diseño, la arquitectura, la fisionomía de ese enigma que es el cuerpo de la mujer, esas formas precisas, estudiadas, y quizás esculpidas, para facilitar el alumbramiento. Los pechos fabricados como una garantía de alimento, de supervivencia del ser concebido, con la forma geométrica y milimétrica exacta para nutrirse y recibir abrigo, y cobijo a la vez. Y me sorprende mucho la calidad de esa fuente, de ese manjar, de esa cocina y esos cocineros que no vemos, pero que trabajan incesantemente para obtener el sustento perfecto y completo.Pero si hay algo, que realmente me intriga en esta naturaleza, es el cordón umbilical. Ese vínculo que hay entre la mujer y su interior. Un canal entre el mundo, visto como un espacio abierto, desprotegido e inseguro, y el vientre, un remanso cerrado, protegido, y seguro, donde el código entre emisor y receptor no sufre interferencias.

TEXTO 4:

Esta mañana, como no me ha dado tiempo a desayunar, al subirme al coche me he comido un bizcocho que me ha sabido delicioso. Y me ha sabido así, porque estaba muy bueno, pero sobre todo, porque lo ha hecho mi hermana, y lo ha hecho pensando en mí. Y comiéndomelo, he pensando en sus manos, en su trabajo, en su tiempo, en el cariño puesto. Y esto me ha llevado al papel que desempeñan las mujeres, al que siempre han desempeñado y al que siempre desempeñarán. A su entrega, a su dedicación, a su compromiso, a su generosidad. Al mirar para otro lado cuando es necesario. Al saber estar. A su aportación a la sociedad, a su disciplina, a su coraje, a su valentía y a su capacidad de sufrimiento.

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