martes, 1 de abril de 2008

Visperas del concierto



Esta semana va a ser monotemática, pero es que semanas de estas no hay en todos los meses, ni si quiera todos los años, así que toca semana Knopfleriana. Ojala todas las semanas fueran así, pero como no es posible, está su música que sirve como sucedáneo, para darte el gustazo de vez en cuando.


Mark Knopfler dice que hace, compone, toca y canta lo que le gusta y apetece en cada momento. Yo he de reconocer que tengo mucha suerte, porque todo lo que hace, toca, compone y canta también es lo que me gusta y lo que me apetece a mi. Yo soy de las fans, que si que me encanta que su música haya evolucionado a algo más tranquilo con respecto a la etapa de Dire Straits, a lo folk, a lo country, a sus raíces.


Aquí está la Fender Stratocaster roja, su guitarra soñada de pequeño, con la que toca muchas de las canciones del concierto. El título de su nuevo álbum se debe precisamente a este sueño que el tenía de conseguir una guitarra roja.
Una de las claves del éxito de Knopfler es su forma de tocar: sin púa, arrancando con los dedos un sonido limpio al instrumento, lo que hace que sus temas suelan ser fáciles de reconocer. Pulsa la cuerda hacia arriba, usando solo tres dedos, esto es herencia de los grandes héroes del blues. Tiene un estilo tan personal, pulsando todas las cuerdas a la vez, que consigue sacarle a la guitarra todos los sonidos que quiere. Ahora este último disco ha vuelto más a sus orígenes y toca con púa, pero es muy diferente al sonido del resto de solistas de su género como E.Clapton, Bruce Springsteen, etc.


Mañana ya está en Barcelona, aun quedan entradas, pero para Madrid y Granada ya se agotaron hace días.

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