lunes, 28 de abril de 2008

El extranjero

Hoy en clase de francés, tenemos el control du livre, como le llama la profesora. Al principio de curso dio una lista de libros de los cuales, teníamos que leer tres. Pero como también dio la opción, para este segundo libro, de que podíamos leer cualquier otro, yo he elegido L'ETRANGER, el extranjero, de Albert Camus. Tenía ganas de leerlo desde hacía ya tiempo, así que, he aprovechado.

Cuando lo terminé, he de decir, que no entendía nada, y que me sentía, más rara o más extranjera que el protagonista, porque psicológicamente, me parecía un personaje, tan sumamente retorcido, que mis escasos conocimientos y habilidades psicológicas no llegaban, ni a conocer, tan siquiera, un poco a Meursault, el protagonista. Me parecía, de una coherencia, abrumadora, pero, no conseguía comprender porque actuaba así, con esa falta de sensibilidad ante todo, y a veces con una frialdad desproporcionada, como si no fuera humano o no tuviera sangre.

Esta mañana, he entrado en Internet a ver, si podía encontrar sentido a todo esto. He encontrado unas notas del autor, de Alber Camus, y ahora lo veo todo claro, clarísimo. Cuando he leído esas lineas, lo he visto todo con una nitidez increíble, y me he dado cuenta de que hay pocos extranjeros por el mundo.

El autor lo resume en una frase: "En nuestra sociedad todo hombre que no llora en el entierro de su madre, corre el riesgo de ser condenado a muerte". El protagonista es condenado simplemente porque no juega el juego que la sociedad marca, que la sociedad le impone. En este sentido, él es un extranjero en la sociedad que vive. Meursault no juega el juego, y la respuesta es simple: se niega a mentir. En realidad, acepta morir, por la verdad.

Analizando la realidad en la que vivimos, cúantas veces mentimos, para seguir perteneciendo a la misma, en todos los campos, con los padres, con las amistades, en el trabajo, etc. Porque somos cobardes, sabemos que si decimos la verdad, nos echan fuera del escenario, y tenemos que volver a empezar, y muy pocos estamos dispuestos a eso, pero el extranjero, sí, por eso era un extranjero en la sociedad civil.



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